martes, 12 de enero de 2010

Déjà-vu



Ella ya sabía que eso iba a pasar. Siempre era igual. Como si fuesen cincuenta ensayos de la misma obra con cincuenta actores distintos y siempre, siempre, el mismo parlamento. Como si todas las historias de amor de su vida no fuesen más que un casting para encontrar el protagonista de una historia sin final feliz. 
Miró la hora; eran casi las dos de la mañana. Quién fuera como Scarlet O'Hara y mandarlo todo sutilmente a la mierda con un "Al fin y al cabo, mañana será otro día", lleno de estilo. Se levantó, abrió la puerta y miró arriba. Allí estaba, la luna -siempre sola en medio del cielo. Prendió un cigarrillo. Mirar la luna era reconfortante, aunque fuera para aceptar una derrota más. 
A la cresta, -pensó- si ya sabía que eso iba a pasar.
Y se fue a llorar a la cama.


1 comentario:

  1. Creo que también he sido protagonista de una obra parecida.

    Me encantó.

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