sábado, 17 de octubre de 2009

Maltrato


Las heridas no sólo duelen en el cuerpo
las que más duelen son las del alma
las del corazón, las del orgullo.

Los moretones en la autoestima
las cicatrices en la dignidad
las fracturas en la moral
las heridas que duelen donde no se ve.

¿Cuánto cuesta recuperar lo que se quebró?
¿Quién me borra las marcas de la violencia
que quedan amarradas a la conciencia?

Los golpes que no sólo dejan hematomas
en la piel sino que también deshonran
que me roban la paz y me desnudan
bajo la luz cruda de la vulnerabilidad del cuerpo.

La fragilidad del cuerpo es la indefensión del espíritu.


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